15 de junio de 2015

El juicio

Ya van dos sesiones del juicio a Felipe, y por fin llega la tercera, la defensa lleva diciendo desde hace varios meses que esta seria la jornada en la que todo por fin se entendería. Ya han pasado casi un años desde aquella mañana, y tanto la familia como los amigos han tenido que escuchar de todo, ya han pasado por la prensa, mas de cien versiones (según quien la contara), y posiblemente mas de diez motivos diferente. Nadie podía entender como una persona normal y corriente, en una décima de segundo se convierte en el mismísimo demonio. En las primeras sesiones fue el turno de los testigos presenciales y los forenses, con estos testimonios ya tenemos claro casi todo lo ocurrido, por fin supimos que Felipe y las victimas no se conocían. Habían sido muchos los comentarios sobre las posibles causas, pero la que mas le había dolido es el que decían sobre su relación con una de las victimas, que si eran amantes, que si uno de ellos tenia un lió con su mujer, y algunas mas del estilo de esas , parece ser que las causas pasionales vende bien. La cosa es que Felipe no estaba casado, y a ella no la había visto en su vida, sepamos entonces lo que paso realmente. Queda probado que el acusado entro en un bar sobre las doce de la mañana del día de autos, se acerco a la barra para pedir si le podrían cambiar un billete de 10€ por monedas, de repente se dio la vuelta y se dirigió hacia una pareja que estaba sentada en una mesa cercana a la barra. Que también probado que el acusado agarrar al hombre por los pelos y le dio con la cara en la mesa, al comenzar la víctima a sangrar, la mujer empezó a gritar, momento en el que el acusado cogió un puñado de servilletas, las hizo una bola y se las metió en la boca a la mujer. También que da probado que sin el mas mínimo gesto violento, se dirigió de nuevo a la barra del bar recogió su cambio y dando las gracias se dio la vuelta, marchándose por donde había venido. Hasta aquí lo probado, ahora tocaba saber el por que a todo esto. Eran las diez de la mañana cuando el secretario judicial llamo al siguiente testigo, el psiquiatra entro en la sala y se sentó en la silla de los testigos, después de la ceremonia de preguntas tipo, ¿viene ud libremente? etc, etc, comenzó el interrogatorio por parte del abogado defensor. ¿cuantas veces a visto al acusado? cinco, contesto, cinco desde el incidente, ¿ y que nos puede contar, según su experiencia?, puedo contar que al día de hoy, cualquier persona puede cambiar en un segundo, solo se necesita un detonante, y la verdad es que últimamente sobran detonantes. A continuación relatare lo que el me contó, siguió el psiquiatra, y que después ud su abogado probara con documentos. Todo comenzó el lunes 4 de Mayo, ese día tenia turno de tarde en su trabajo en la fabrica, por lo que se levanto un poco mas tarde de lo normal, cuando miro el móvil, que lo había dejado en silencio, vio que tenia 6 llamadas perdidas, miro el primer numero de la lista y llamo, era del banco, se identifico y al rato una señorita le comento que aun no le habían ingresado la nomina, y los recibos ya están aquí, le dijo, y los gastos ya comenzaron a sumar, no seria bueno, continuo diciendo, que avisaras a la empresa por si se olvidaron de ti. Después de esta llamada tan absurda, ese día entre el teléfono móvil y el fijo, recibió unas 8 llamadas del banco, tanto de su sucursal como de la central, por cierto en 3 de ellas colgaban nada mas el descolgar. En su trabajo esa tarde, 2 veces lo avisaron a la oficina de que tenia una llamada, el banco por supuesto, que sepa usted, le dijeron en una de ellas, que los gastos por reclamación ya pasan de los 40€. En una de esas visitas a la oficina le hecho valor y le pregunto a la secretaria del jefe si se sabia cuando cobraban, sobre el ocho Felipe, le contesto, como todos los meses, la empresa cobra el cinco y nosotros el ocho, vivimos malos tiempos. A la mañana siguiente se levanto sobre las 10 y ya eran 12 la llamadas perdidas, a las doce ya era 15, a la una, mas o menos atendió la que seria la 18. Otra amable señorita le dijo que no entendía su enfado, "el que debe dinero es usted no yo", le llego a decir, mas tarde una nueva señorita le sugirió que si no tenia dinero que se lo pidiera a un familiar, Felipe intento sin fortuna, explicar que era un retaso de unos días de la cuota de un préstamo, no de un asesinato, que no entendía semejante acoso. En otra de las llamadas le llegaron a sugerir que dijera que se negaba a pagar, "si dice esto nosotros se lo pasamos al abogado y así no lo llamamos mas", le intento convencer la señorita, ¿increíble?, si ,pero así funcionan los bancos hoy. Sobre las dos del mediodía Felipe se dirigió a la parada del autobús para irse a trabajar, nada mas subir al bus se dio cuenta de que no llevaba monedas y el conductor no le quiso cobrar el viaje, "no tengo cambio de 10, lo siento, se tiene que bajar", le dijo. No pasa nada, Felipe se bajo del bus sabiendo que ese día llegaría tarde al trabajo, hoy tocara ver malas caras al llegar, pensó, y el próximo bus pasa en 30 minutos. Se dirigió al un bar cercano a la parada para conseguir cambio, y fue allí donde esperando el cambio oyó una conversación. Una pareja habla de su trabajo, el de que estaba hasta los huevos de estar llamando toda la mañana a putos morosos, "igual alguno gasto por encima de sus posibilidades", llego a decir con media sonrisa en la boca. Y que decir de ella, a la que una persona, bueno en realidad dijo, "una puta vieja se me puso a llorar para que no le cortara el móvil, "al igual con tu pensión no te lo puedes perm.....", no acabo la frase cuando comenzó a gritar. Esta conversación, continuo el psiquiatra, posiblemente fue el detonante después de dos días con un alto nivel de estrés, seguramente provocado por el acoso telefónico,. Y por estar en este estado, Felipe perdió la cabeza rompiéndole dos dientes y los huesos propios de la nariz a el hombre y causando daños en la garganta a la mujer. Quisiera acabar como empecé mi testimonio, termino el psiquiatra, a cualquiera le puedes pasar hoy un episodio de este tipo, es por eso que el 38% de la población con trabajo se tiene que medicar para no andar rompiendo dientes por ahí. ¿Culpable? o ¿Inocente?, tu decides.


No hay comentarios:

Publicar un comentario