30 de noviembre de 2014

Bola extra

No era raro en los 80 encontrar en cualquier bar una maquina pinball, y confesare que a mi siempre me gustaron. No era muy bueno, pero tampoco malo y a diferencia de la mayoría de la gente, conseguir otra partida gratis no era mi mayor satisfacción, la mía era que cuando estas a puto de batir un récord se te cuele la ultima bola y cuando lo das todo por perdido, aparece el luminoso de bola extra.
Aquella tarde era igual a muchas que ya había pasado con malestar en el cuerpo, pero a media tarde apareció un síntoma que hacia mucho que no se me daba. Normalmente me costaba muchísimo subir unas escaleras, pero ese día era peor, me costaba bajarlas y para esa situación no estaba preparado. Necesite ayuda para llegar a mi casa, ya en ella tire de todo tipo de medicamentos que usaba en situaciones parecidas, pero pasaban las horas y la mejoría no era suficiente para dejar de tomar cosas, hubo de un medicamento que me tome las dosis de 6 días, y ni con esas. Cuando el primer familiar llego a casa me encontró de rodillas con medio cuerpo sobre la cama, esa era la postura que después de probar varias era la mar reconfortante. Intento llevarme al medico, pero yo me negué con la disculpa de que ya estaba mejor, mentira, la cosa cada minuto empeoraba y no daba encontrado el medicamento que terminara con aquella agonía. Pasaron por lo menos tres horas en aquella posición sobre la cama tomado cada vez mas dosis de medicamentos, un ejemplo, un inhalador de 200 dosis, hora y media me duro, decidí levantarme y buscar ayuda. No me cruce con nadie por el pasillo de casa, la verdad es que ya pasaban de las dos de la madrugada, abrí la puerta de la primera habitación a la que llegue y sin confirmar si había alguien, ya que las luces estaban apagadas, aproveche el poco aire que me quedaba dentro para decir "me muero", y mi luz se apago. Lo siguiente que recuerdo es estar sentado dentro de un coche, que por cierto no cesaba de sonar el claxon y me pareció ver un pañuelo blanco sujeto por una mano que salia por la ventanilla del conductor, pero ese dato no lo puedo confirmar ya que la luz se volvió a apagar. Cuando se volvió a encender las luces yo ya estaba tumbado en una camilla del hospital rodeado de gente, que por cierto no paraban de moverse de un lado a otro de la habitación y de gritar todo tipo de nombres de medicamentos. Recuerdo haber agarrado el brazo a alguien de traje verde y decirle "no puedo mas, dejarme ir", una mierda, me contesto, tu a mi no me jodes la guardia, continua diciendo mientras me clavaba una jeringa en la muñeca, justo donde se comprueba el pulso, y seguramente del dolor de aquello se volvió a apagar la luz. No se el tiempo que paso hasta que desperté, pero desperté, me dolía hasta el ultimo centímetro de mi cuerpo, pero por lo demás estaba bastante bien. La gente seguí por la habitación, pero mucho mas relajada que la ultima vez que los vi, mire a derecha e izquierda intentando localizar al de verde, pero no lo vi, tranquilos no fue una alucinación, había salido a buscar los resultados de una prueba. Cuando volvió se acerco y me pregunto como me encoraba, le conteste que mejor pero dolorido, normal, me dijo, pero en unas horas todo ira pasando, por un momento te perdimos, continuo diciendo, pero entre todos hemos conseguido darte otra oportunidad en este mundo. Aun estando casi sin aliento decidí aprovechar el oxigeno extra que me llegaba por una mascarilla para decirle algo al de verde mientras se marchaba de la habitación, "gracias por la bola extra".


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