14 de diciembre de 2014

19 Minutos

Parece mentira que para las fechas en las que estamos haga tanto frió, pero bueno pronto vendrá el verano; tampoco sé por qué elegimos los días con números impares para hablar por teléfono. Faltan diez minutos para las ocho y en este parque ya casi es de noche. Recuerdo el día en el que le dije que en el hostal no tenía cobertura. Que tiempos hace años cuando dormía en  hoteles y todas  las semanas llegaba a casa con mi botín de gel y champú. Hoy no puedo decirle que comparto cuarto con tres extraños, y que el gel que utilizo en el baño del pasillo de la pensión, lo guardo en una taquilla con candado. Como voy a contarle que todos los días dejo unas monedas sobre la mesilla para que no me roben la ropa del armario los que limpian la habitación. Tengo que tener más  cuidado, el otro día casi me pilla con lo del idioma.
- ¿Ya dominas alguna palabra? me preguntó, conteste que sí, pero no es cierto, hace días que perdí el interés por aprender ese idioma. Antes un compañero me hacía de traductor, pero un mediodía le pedí que no quería me tradujera nada más después de la discusión con un instalador. Comenzábamos a comer en el comedor comunitario de la obra, cuando de repente uno tipo se acercó a nosotros y señalándome con el dedo se puso a vociferar como un loco, cuando por fin se calmó le pedí a mi compañero que me tradujera: 
- Dice que le hacías gestos con las manos y te reías de él, que la próxima vez te las corta. 
- Dile que perdone, que me entendió mal, Yo estaba vaciando material de un palet cuando me fije que él lo estaba instalando al revés y en esa posición el material pierde todas sus propiedades.
- ¿Y tú como lo sabes? me preguntó mi compañero, 
- porque durante 20 años yo enseñaba a trabajar a gente como él , le conteste; Pero de eso ya hace mucho tiempo. 
Mejor esto no se lo cuento en la llamada, aunque "no hay mal que por bien no venga”, un vecino de la pensión está aprendiendo Español por mi culpa, el otro día cuando nos cruzamos me dijo:
- español de mierda , y ayer algo de poner una valla en los Pirineos, la pronunciación no era muy buena, pero lo importante es la intención. 
Por fin, aquí está la llamada, respiro hondo y al toro:
- Hola cariño, aquí todo bien, si seguro que no miento. Me han dicho que a lo mejor me cambian el contrato de obra por otro de tres meses, no, dinero el mismo pero ahora es con seguro, vamos que en unos meses hasta me empadrono aquí, ya, ya sé que me echáis de menos pero necesitamos este trabajo, besos y cuelga que ya casi van 19 minutos y sabes que no podemos pagar otra tarifa, si yo también te quiero.
Creo que hoy la llamada me salió de nota.


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