30 de junio de 2015

Por una dama

No era la primera vez que estaba delante de un ataúd, pero si era la primera en que dentro estuviera un amigo suyo, un amigo de casi su misma edad, esa edad a la que se piensa que uno es inmortal. No habían pasado ni cinco minutos cuando la madre del difunto vestida completamente de negro  le pidió que le acompañara a la cocina, allí le esperaban tres policías. Aun no se había sentado en una de las sillas y ya estaba bloqueado de tantas preguntas, aun no terminaran una y ya comenzaban con otra hasta el punto de mezclarse y perder  así todo sentido. Viendo que él no contestaba a ninguna de las preguntas, uno de los hombres decidió otro método de interrogatorio, en vez de responder preguntas, le dijo,  cuéntanos a tu manera que pasó ayer, y comenzó su relato. Cuando fui a buscar a Jim estaba lloviendo, la verdad es que llevábamos toda la semana con mal tiempo, ese era el motivo de que no quisiera salir de casa ayer, pero después de varios minutos intentando convencerlo, al final lo conseguí. Desde su casa fuimos directos al Cosmos, el bar donde pasamos muchas tardes, y sobre todo los días de temporal, allí nos encontramos con la flor y nata del barrio, si quieres encontrar a alguien, búscalo en el Cosmos, allí seguro que lo encontraras tomando una cerveza y escuchando buena música saliendo de su Jukebox, por cierto a Jim le gustaba mucho la B-3, “Maybe” de Janis Joplin. Al entrar en el local me fije que en una de las mesas del fondo alguien me hacía señas, era Freddy, un compañero de instituto que me estaba esperando con un tablero encima de la mesa para retarme, al mejor de cinco, me dijo con media sonrisa en su boca, hoy vengo a tope, continuo diciendo, hoy no vas a ganar ni una, decía mientras su sonrisa ya era completa, pues al lio, dije, todo el mundo sabe que yo no escapo a ningún reto, sea de lo que sea, como dice el letrero de detrás de la barra del Cosmos:  “la reputación hay que alimentarla todos los días”. Mientras yo comenzaba la primera partida, Jim quedaba sentado en la barra hablando con Phil, si cogiéramos una escala del 1 al 10, Phil estaría en el 5 a la hora de buscarse problemas, cuando se junta con alguno puede llegar hasta el 12, pero ayer estaba solo. Como era normal, perdí la primera partida, no solo fue porque Freddy jugara mejor, también porque no estuve con la concentración necesaria, mientras jugaba no deje de estar atento de Jim, pero eso cambio en la segunda, mi hambre de victoria me hizo centrarme solo en el tablero, es por eso que no vi entrar a los dos amigos de Phil. Un “JODER”, retumbo en todo el local, acababa de perder la segunda partida, me levante y me fui hacia la barra para despejarme un poco, no me lo podía creer, había perdido cuando llevaba toda la partida por delante y con superioridad numérica, pero me confié, y perdí, nuca debes levantar el pie del acelerador hasta que cruces la meta. Mientras pedía un refresco de limón, Jim se acerco a mí, oye, me dijo, Phil y sus amigos quieren que los lleve en la barca hasta el astillero, ¿te apuntas?, mientras me preguntaba, yo mire fijamente a uno de los amigos de Phil, el tío no paraba de rascarse los brazos, daba la impresión de que algo le había dado alergia. Pero no era alergia, era el mono, corría el rumor que debido al temporal que aun duraba, aunque ya se estaba acabando, hacia días que no llegaba droga a la isla, y esto ponía al descubierto a todo el que estaba enganchado, tres días sin droga y se podría hacer un censo de los colgados. ¿Qué vienes, no?, me preguntaba Jim  una y otra vez, si conteste, pero déjame acabar la partida, no quería que alguien pudiera decir que me había rendido. La excursión iba a ser corta, no más de 200 metros separaban el embarcadero donde Jim tenía la barca y el astillero, pero si es verdad que esos 200 metros eran a mar abierto, por lo cual el viaje tenía su peligro. Recuerdo lo que un día me dijo un viejo lobo de mar: “los de interior le llaman el mar, pero nosotros la llamamos la mar, ¿Por qué en femenino? te preguntaras, por que como las mujeres puede cambiar en cualquier momento, tanto te da un beso, como al segundo, te pega una hostia”. Una vez en la barca navegaríamos a remos hacia el astillero (el motor hacia demasiado ruido), allí están fondeados los barcos que esperan ser reparados. Una vez alcanzado uno de ellos, subiríamos a cubierta, de allí al puente, la idea es localizar los botiquines de emergencia, estos suelen llevar varias dosis de morfina, la cogemos y volvemos a la barca, ya en tierra que cada uno se busque la vida. y ahora se preguntaran ustedes: ¿Y cómo es que lo veo tan fácil?, porque ya se hizo más de una vez y siempre salió bien. La mayoría de los barcos son extranjeros y de paso, cuando se dan cuenta de que les falta la morfina ya están en alta mar y no suelen denunciar la falta, tanto delito es robarla como que te la roben mientras nadie vigila el barco, es muy jodido quedarse abordo mientras el resto se va al puerto a beber hasta el agua de los floreros, y además quien va a arriesgarse a salir a la mar con este tiempo, pues nosotros. Comencé la tercera partida y ellos aun seguían en la barra esperándome, yo seguía con la misma tónica que al principio, vamos que iba perdiendo, pero de repente paso algo que hizo cambiar las cosas, sin casi posibilidades conseguí algo que podía hacer cambiar el rumbo de la partida, y fue en ese momento cuando mire hacia la barra del Cosmos y vi que estaba vacía, se habían ido sin mí. Pasaron horas hasta que volví a saber de ellos, las noticias que me llegaron no eran buenas, de los cuatro que subieron a la barca, solo uno volvió a tocar tierra. Según dice, salieron del bar hacia el embarcadero, allí sacaron la barca del almacén donde se guardaba los días de mal tiempo, una vez en el agua se montaron y pusieron rumbo a los barcos que ya tenían escogidos los amigos de Phil desde ese tarde. Me imagino que el mono tuvo mucho que ver a la hora de la elección, que eligieron los más grandes, mayor tamaño, más tripulantes, más dosis, eso fue lo que pensaron.  En el primero las cosas salieron según lo pensado, y consiguieron fácilmente 4 dosis, pero aun no era suficiente, decidieron pasar al segundo, y de ahí al tercero, y como buenos enganchados a las drogas, nunca tienen bastante y decidieron ir al que posiblemente tendría el botín mas jugoso, el barco más grande de los que estaban fondeados, pero también el más alejado de la costa. Estaba escalando el primer pirata por las escalerillas que colgaban en uno de los laterales del barco, cuando un foco los deslumbro, la guardia costera acababa de localizarlos, parece ser que en el tercer barco sí que había gente, el cocinero se había quedado para preparar la cena, muchos barcos fondeados y pocos hoteles en la isla, la tripulación de ese barco volvería para cenar y dormir abordo. El cocinero se mantuvo en silencio viendo que eran tres, mejor los dejo ir y que la costera se encargue de ellos, pensó. La huida ya comenzó mal, el que estaba escalando intento bajar lo más rápido posible, pero se cayó, su cuerpo aun no ha aparecido, los otros tres remaron lo más posible para escapar, pero era tal la descoordinación que  a unos cien metros del embarcadero la barca zozobro debido a una racha de viento, Jim siempre me decía: “el viento en la mar siempre o en la cara o en el culo, nunca en las orejas”. Tres se fueron al agua y solo uno llego a tierra, y ese no era Jim, el único que lo consiguió fue el más colgado de los dos amigos de Phil. Ya en tierra tuvo la feliz idea de relajarse un poco, con una dosis le llegaría, pero llevaba las cuatro del primer barco en el bolsillo del pantalón, total ya nada podía hacer por los demás, se marcho a su casa, dos horas mas tarde lo encontraron muerto encima de su cama, se había inyectado tres de las cuatro dosis. Ya lo dije antes, para ellos nunca es suficiente, y eso es todo lo que se. En resumen, dijo uno de los policías, nos estás diciendo que tu no fuiste a la excursión esa, porque ganaste una partida, no, conteste, no fui por una dama, y al conseguirla  pensé que mi suerte había cambiado y ganaría la partida, pero fue solo un espejismo, al final perdí.


15 de junio de 2015

El juicio

Ya van dos sesiones del juicio a Felipe, y por fin llega la tercera, la defensa lleva diciendo desde hace varios meses que esta seria la jornada en la que todo por fin se entendería. Ya han pasado casi un años desde aquella mañana, y tanto la familia como los amigos han tenido que escuchar de todo, ya han pasado por la prensa, mas de cien versiones (según quien la contara), y posiblemente mas de diez motivos diferente. Nadie podía entender como una persona normal y corriente, en una décima de segundo se convierte en el mismísimo demonio. En las primeras sesiones fue el turno de los testigos presenciales y los forenses, con estos testimonios ya tenemos claro casi todo lo ocurrido, por fin supimos que Felipe y las victimas no se conocían. Habían sido muchos los comentarios sobre las posibles causas, pero la que mas le había dolido es el que decían sobre su relación con una de las victimas, que si eran amantes, que si uno de ellos tenia un lió con su mujer, y algunas mas del estilo de esas , parece ser que las causas pasionales vende bien. La cosa es que Felipe no estaba casado, y a ella no la había visto en su vida, sepamos entonces lo que paso realmente. Queda probado que el acusado entro en un bar sobre las doce de la mañana del día de autos, se acerco a la barra para pedir si le podrían cambiar un billete de 10€ por monedas, de repente se dio la vuelta y se dirigió hacia una pareja que estaba sentada en una mesa cercana a la barra. Que también probado que el acusado agarrar al hombre por los pelos y le dio con la cara en la mesa, al comenzar la víctima a sangrar, la mujer empezó a gritar, momento en el que el acusado cogió un puñado de servilletas, las hizo una bola y se las metió en la boca a la mujer. También que da probado que sin el mas mínimo gesto violento, se dirigió de nuevo a la barra del bar recogió su cambio y dando las gracias se dio la vuelta, marchándose por donde había venido. Hasta aquí lo probado, ahora tocaba saber el por que a todo esto. Eran las diez de la mañana cuando el secretario judicial llamo al siguiente testigo, el psiquiatra entro en la sala y se sentó en la silla de los testigos, después de la ceremonia de preguntas tipo, ¿viene ud libremente? etc, etc, comenzó el interrogatorio por parte del abogado defensor. ¿cuantas veces a visto al acusado? cinco, contesto, cinco desde el incidente, ¿ y que nos puede contar, según su experiencia?, puedo contar que al día de hoy, cualquier persona puede cambiar en un segundo, solo se necesita un detonante, y la verdad es que últimamente sobran detonantes. A continuación relatare lo que el me contó, siguió el psiquiatra, y que después ud su abogado probara con documentos. Todo comenzó el lunes 4 de Mayo, ese día tenia turno de tarde en su trabajo en la fabrica, por lo que se levanto un poco mas tarde de lo normal, cuando miro el móvil, que lo había dejado en silencio, vio que tenia 6 llamadas perdidas, miro el primer numero de la lista y llamo, era del banco, se identifico y al rato una señorita le comento que aun no le habían ingresado la nomina, y los recibos ya están aquí, le dijo, y los gastos ya comenzaron a sumar, no seria bueno, continuo diciendo, que avisaras a la empresa por si se olvidaron de ti. Después de esta llamada tan absurda, ese día entre el teléfono móvil y el fijo, recibió unas 8 llamadas del banco, tanto de su sucursal como de la central, por cierto en 3 de ellas colgaban nada mas el descolgar. En su trabajo esa tarde, 2 veces lo avisaron a la oficina de que tenia una llamada, el banco por supuesto, que sepa usted, le dijeron en una de ellas, que los gastos por reclamación ya pasan de los 40€. En una de esas visitas a la oficina le hecho valor y le pregunto a la secretaria del jefe si se sabia cuando cobraban, sobre el ocho Felipe, le contesto, como todos los meses, la empresa cobra el cinco y nosotros el ocho, vivimos malos tiempos. A la mañana siguiente se levanto sobre las 10 y ya eran 12 la llamadas perdidas, a las doce ya era 15, a la una, mas o menos atendió la que seria la 18. Otra amable señorita le dijo que no entendía su enfado, "el que debe dinero es usted no yo", le llego a decir, mas tarde una nueva señorita le sugirió que si no tenia dinero que se lo pidiera a un familiar, Felipe intento sin fortuna, explicar que era un retaso de unos días de la cuota de un préstamo, no de un asesinato, que no entendía semejante acoso. En otra de las llamadas le llegaron a sugerir que dijera que se negaba a pagar, "si dice esto nosotros se lo pasamos al abogado y así no lo llamamos mas", le intento convencer la señorita, ¿increíble?, si ,pero así funcionan los bancos hoy. Sobre las dos del mediodía Felipe se dirigió a la parada del autobús para irse a trabajar, nada mas subir al bus se dio cuenta de que no llevaba monedas y el conductor no le quiso cobrar el viaje, "no tengo cambio de 10, lo siento, se tiene que bajar", le dijo. No pasa nada, Felipe se bajo del bus sabiendo que ese día llegaría tarde al trabajo, hoy tocara ver malas caras al llegar, pensó, y el próximo bus pasa en 30 minutos. Se dirigió al un bar cercano a la parada para conseguir cambio, y fue allí donde esperando el cambio oyó una conversación. Una pareja habla de su trabajo, el de que estaba hasta los huevos de estar llamando toda la mañana a putos morosos, "igual alguno gasto por encima de sus posibilidades", llego a decir con media sonrisa en la boca. Y que decir de ella, a la que una persona, bueno en realidad dijo, "una puta vieja se me puso a llorar para que no le cortara el móvil, "al igual con tu pensión no te lo puedes perm.....", no acabo la frase cuando comenzó a gritar. Esta conversación, continuo el psiquiatra, posiblemente fue el detonante después de dos días con un alto nivel de estrés, seguramente provocado por el acoso telefónico,. Y por estar en este estado, Felipe perdió la cabeza rompiéndole dos dientes y los huesos propios de la nariz a el hombre y causando daños en la garganta a la mujer. Quisiera acabar como empecé mi testimonio, termino el psiquiatra, a cualquiera le puedes pasar hoy un episodio de este tipo, es por eso que el 38% de la población con trabajo se tiene que medicar para no andar rompiendo dientes por ahí. ¿Culpable? o ¿Inocente?, tu decides.