Ya hace años desde que Fran dejo los estudios, pero hoy viendo a su hijo comenzando una FP su cabeza se fue a principios de los 80. Comenzaba ese década cuando Fran decidió dejar el colegio y comenzar una nueva aventura en la formación profesional, lejos le quedo el ansia por un titulo universitario, lo que el mundo necesitaba era mano de obra sin casi estudios pero cualificada en un oficio. Y pensareis, ¿pues lo mismo que ahora, no?, pues si es lo mismo, pero hasta hace no mucho si no eras universitario, eras un fracaso como persona para el mundo tal y como lo conocemos, la famosa titulitis. Pero a lo que íbamos , en los 80, que son los que Fran conoce, la FP estaba integrada por vagos, maleantes y algún despistado, mas aun creo que hasta 2º año tenían escondidos los objetos punzantes, una por miedo a que alguien se lastimara, o por si alguien los utilizaba para atracar a los del instituto de alado, pero creo que este es una leyenda urbana. Pasaron los años y Fran sin llegar a acabar la FP acumulo unos 30 años de cotización en el mundo laborar, pero eso hoy pierde contra cuatro años de cualquier carrera. Se tiene dada el caso de que el del titulo preguntarle a Fran que orden dar y como darla, para luego darle la patada en el culo. Hoy gracias a los vagos y maleantes de los 80, la FP es uno de los estudios mas demandados, pero Fran aconseja que no te dejes llevar por los cantos de sirena del € y acabes la FP, por desgracia hoy con titulo ganas mas que con experiencia , pero no olvidar que los nacidos entre 1960 y 1975, casi sin estudios, hemos llenado la hucha de las pensiones, ahora os toca a vosotros. Y por ultimo a los tan necesarios universitarios, recordar esta frase: "cuando acaba el juego el rey y el peón se van a la misma caja".
30 de octubre de 2016
2 de octubre de 2016
Ciegos al volante
Hace unos días Pedro escucho una noticia que le hizo recordar
algo, comencemos con el recuerdo y luego lo que surja. Hace unos años Pedro
tuvo problemas laborales, nada serio, pero
preocupante, no le pagaban la nómina, no era que se la retrasaran, era que
durante 3 meses se olvidaron de ella, por supuesto ningún empleado falto ni un
solo día, no fuera a ser que a la vuelta ya no existiera la empresa. Los días
fueron pasando y los problemas con los bancos fueron creciendo, todo esto le
provoco un dolor de cabeza que duro días, bueno más bien semanas, para que
mentir, meses. Cuando comento con mis compañeros sus dolores de cabeza (sufría migrañas,
pero nunca tan prolongadas), le
sugirieron distintos remedios, unos le recetaban medicamentos y otros acciones
de lo más sorprendentes. Comenzare con el que lo llevo a unos baños termales
clandestinos, la bañera estaba en un garaje y el agua con propiedades curativas
venia de un manantial situado a escasos 200 metros de una refinería, por
supuesto no hubo baño ese día. Después le comentaron que fumando unas hierbas
los dolores desaparecían, no era que curaran pero te lo pasabas de risa y que
salga el sol por Antequera, lo siento el no fuma ni en las bodas. Por último el
más común de los remedios, otra copita por favor, quizás sea el peor remedio de
todos, más aun, el baño fumando un pitillo de hierbas es mucho más saludable,
lo siento solo bebo Kas de limón. Y solo me queda el que le aconsejaron en
casa, mañana vamos al médico, simple, pero el más recomendable y efectivo.
Después de contarle al médico lo que le pasaba decidió darle medicación, dos
pastillas, una para dormir y otra para despertar, ya se suena absurdo pero así
fue. Esa misma noche comenzó con las pastillas y durmió, y como durmió, hacía
tiempo que no descansaba tan bien, pero así como esa hizo efecto buscado, la de
despertar no. Esa primera mañana Pedro cree que fue a trabajar, la verdad es
que no lo recuerda, y el segundo día de tratamiento decidió ir a comer a casa
al mediodía, bueno esa era la idea, busco y rebusco, pero no encontró su casa, más
aun, ni siquiera estaba en la misma ciudad donde vive, estaba a más de 100 km,
como llego allí, ni idea. Al día siguiente volvió al médico, “no pienso tomar
ni una pastilla más”, le dijo, “me parece bien”, contesto, “acabas de encontrar
la llave de la puerta”, continuo el médico,” ahora solo te falta llegar a la
puerta y salir de ahí para parrar el dolor”. Los días fueron pasando y con
mucha ayuda de la familia, y por supuesto, con las indicaciones del médico, la
cabeza se fue calmando, bueno también ayudo mucho el que Pedro dejara la
empresa. Y ahora la noticia, el 30% de la gente que trabaja, (no la del paro),
sufre depresión, de los cuales 5% toma algún tipo de medicación, conclusión, de
cada 100 coches que me cruzo por la mañana cuando vuelvo para mi casa, en
2 +/-, el conduct@r van colocados, es más fácil coincidir con un drogado
legal un día de semana, que con uno ilegal la noche de un viernes o sábado.
Esta puta crisis nos está machacando, a los parados por no tener trabajo y a
los activos por tenerlo, pensar que tu vida pueda cambiar de un día para otro,
tenemos más miedo a perder el trabajo que a no encontrarlo.
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