2 de octubre de 2016

Ciegos al volante

Hace unos días Pedro escucho una noticia que le hizo recordar algo, comencemos con el recuerdo y luego lo que surja. Hace unos años Pedro tuvo  problemas laborales, nada serio, pero preocupante, no le pagaban la nómina, no era que se la retrasaran, era que durante 3 meses se olvidaron de ella, por supuesto ningún empleado falto ni un solo día, no fuera a ser que a la vuelta ya no existiera la empresa. Los días fueron pasando y los problemas con los bancos fueron creciendo, todo esto le provoco un dolor de cabeza que duro días, bueno más bien semanas, para que mentir, meses. Cuando comento con mis compañeros sus dolores de cabeza (sufría migrañas, pero nunca  tan prolongadas), le sugirieron distintos remedios, unos le recetaban medicamentos y otros acciones de lo más sorprendentes. Comenzare con el que lo llevo a unos baños termales clandestinos, la bañera estaba en un garaje y el agua con propiedades curativas venia de un manantial situado a escasos 200 metros de una refinería, por supuesto no hubo baño ese día. Después le comentaron que fumando unas hierbas los dolores desaparecían, no era que curaran pero te lo pasabas de risa y que salga el sol por Antequera, lo siento el no fuma ni en las bodas. Por último el más común de los remedios, otra copita por favor, quizás sea el peor remedio de todos, más aun, el baño fumando un pitillo de hierbas es mucho más saludable, lo siento solo bebo Kas de limón. Y solo me queda el que le aconsejaron en casa, mañana vamos al médico, simple, pero el más recomendable y efectivo. Después de contarle al médico lo que le pasaba decidió darle medicación, dos pastillas, una para dormir y otra para despertar, ya se suena absurdo pero así fue. Esa misma noche comenzó con las pastillas y durmió, y como durmió, hacía tiempo que no descansaba tan bien, pero así como esa hizo efecto buscado, la de despertar no. Esa primera mañana Pedro cree que fue a trabajar, la verdad es que no lo recuerda, y el segundo día de tratamiento decidió ir a comer a casa al mediodía, bueno esa era la idea, busco y rebusco, pero no encontró su casa, más aun, ni siquiera estaba en la misma ciudad donde vive, estaba a más de 100 km, como llego allí, ni idea. Al día siguiente volvió al médico, “no pienso tomar ni una pastilla más”, le dijo, “me parece bien”, contesto, “acabas de encontrar la llave de la puerta”, continuo el médico,” ahora solo te falta llegar a la puerta y salir de ahí para parrar el dolor”. Los días fueron pasando y con mucha ayuda de la familia, y por supuesto, con las indicaciones del médico, la cabeza se fue calmando, bueno también ayudo mucho el que Pedro dejara la empresa. Y ahora la noticia, el 30% de la gente que trabaja, (no la del paro), sufre depresión, de los cuales 5% toma algún tipo de medicación, conclusión, de cada 100 coches que me cruzo por la mañana cuando vuelvo para mi casa, en 2 +/-, el conduct@r van colocados, es más fácil coincidir con un drogado legal un día de semana, que con uno ilegal la noche de un viernes o sábado. Esta puta crisis nos está machacando, a los parados por no tener trabajo y a los activos por tenerlo, pensar que tu vida pueda cambiar de un día para otro, tenemos más miedo a perder el trabajo que a no encontrarlo.


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