Cuando me senté delante del ordenador la idea era escribir algo sobre los 50 años que estoy apunto de cumplir, pero tengo por costumbre escuchar música mientras escribo y una canción de Pink Floyd me llevo a otro sitio. Tendría yo unos 9 años cuando mis tíos decidieron llevarme a bordo de un barco, no es que no hubiera subido nunca a uno, tengo fotos con mi padre en un pequeño barquito, y yo no tendría mas de 5 años, y es lo que tiene ser de familia marinera. Pero esta vez seria distinta, por primera vez saldríamos a navegar unas millas fuera del amparo del puerto, ese día tendría lo que se llama un bautismo de mar. Recuerdo que la noche anterior casi no pegue ojo, los nervios ganaban la batalla al sueño, y no era por miedo, nunca estaría tan seguro como con aquellos dos hombres, pero si respeto. Serian las 10 de la mañana cuando subimos a bordo del barco, desde abajo parecía una embarcación enorme, pero ya fuera del puerto parecía que había encogido ante el infinito mar abierto. Una vez soltaron las amarras y navegamos unos metros los nervios desaparecieron, desde ese momento hasta que volvimos a puerto unas dos horas mas tarde, todo fue felicidad, este quizás sea de los momentos mas felices de mi infancia. Años después mi hijo tuvo su bautismo de mar en un barco militar, el colegio había decidido llevarlos a una base militar para subirlos a un barco y darles una vuelta por la bahía, a diferencia de la mía el no llevaba un familiar a su lado, y decidieron ponerles chalecos salvavidas a todos los niños. Alguien podrá pensar, "hombre lo del chaleco ya se daba por hecho", pero he de decir que yo no lo lleve, pero cuando yo fui también se conducían los coches sin ponerse los cinturones, o se iba en moto sin casco, y eso hoy es impensable, pero aun sin chaleco yo me sentía la persona mas segura del mundo y eso se me podía ver en mi cara de felicidad. Esa misma cara la llevo viendo en la televisión estos últimos meses, cara de "no me pasara nada por que voy con mi familia", pero si que pasa. Niños de varias nacionalidades se están jugando la vida, y demasiadas veces la pierden, en su bautismo de mar en el mediterráneo. Lo que tenia que ser uno de sus mejores recuerdos pasa a ser una de sus peores pesadillas. No quiero entrar en temas políticos, me da igual de lo que escapen, posiblemente yo en su lugar también me iría a un sitio mejor, lo único que quiero es que entre todos busquemos una solución, por que a la orilla del mar se va a buscar conchas, no niños ahogados.
#YoSoyRefugiado
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