12 de febrero de 2017

Un muchacho mas

Sit Toby, Plas Toby, esto era lo que aquel muchacho le decía a un cachorro en el parque mientras yo paseaba para respirar aire fresco, la verdad es que en casa no me venia ninguna idea para un relato, y Toby sin querer me la inspiro. Corría el verano del 75 y las cosas en casa de mis padres no iban muy bien, ya hacia mas de dos años que a mi padre lo habían dado por muerto y la cuestión económica fallaba un poco. Ese era el causante de un rumor que corría por todas las esquinas del piso, los pequeños pasaren el próximo curso en un internado para huérfanos y eso daría un alivio a las arcar domesticas. Fue en ese momento cuando mi perro Pinky y yo decidimos buscar una solución, los dos sabíamos que lo de las mascotas en esos sitios nada de nada, y lo de separarnos no era una opción. El trabajo comenzó en julio, empezaremos por el Sit, por lo visto en la tele difícil no parece, en 2 días listo. Ya han pasado 15 días y Pinky no pilla lo del Sit, nuestros planes comienzan a estar en peligro, y aun nos falta el Plas, que si para el primero son dos patas, para la segunda orden necesito las cuatro, esto no pinta muy bien. Por fin en agosto ya tenemos controlado el primer movimiento, cuento poder tener dominado todo el proceso a finales de mes. Ya es septiembre y llego el momento de buscar aliados ya que Pinky domina tanto el Sit como el Plas, aunque a veces no en el mismo orden, decido hablar con mi hermano. Aprovecho una noche que mi madre y mis hermanas no están en casa para hablar con el, "no se como decírtelo" comencé, "pero Pinky y yo no pensamos ir al internado, iremos mas lejos", no te entiendo me replico con cara de asombro, "Pinky y yo" continúe diciendo "nos vamos de casa, nos vamos al Circo de los Muchachos, y que sepas que Pinky ya sabe hacerse el muerto muy bien, y yo ya aprenderé algo". Pasaron unos minutos antes da que mi hermano dijera algo, pero mejor que se hubiera callado antes de esta reacción"tu estas tonto, vete para la cama y sueña con leones, domador do grelo". Pasaron los días y ya tenia todo listo para la partida cuando mi madre vino a hablar conmigo, "tranquilo" me dijo, "ya comeremos solo pan, pero esto lo pasaremos todos juntos". No hace falta decir que mi sueño del circo acabo ahí, pero algo si que conseguí, Pinky era el perro mas listo de mi barrio.





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